jueves, 25 de agosto de 2011

La reforma de la Constitución en tiempo de descuento

Se anuncia la reforma de la Constitución para poner un límite al endeudamiento del Estado. No estoy de acuerdo con esta reforma. No es que no pueda hacerse. Técnicamente es posible, eso está claro. Es una imposición de Europa, pero lo es por lo que llevamos llovido. Nadie nos va a comprar deuda si no tenemos ¡ya! las máximas garantías de que lo vamos a pagar, y las máximas garantías jurídicas las ofrece la Constitución. Había una ley que ya decía que el gasto había que limitarlo, pero el Gobierno la reformó; de la misma manera habría podido reformarla de nuevo, o, simplemente, cumplirla, como tantas otras. La reforma tranquilizará a los mercados, dará un respiro al partido socialista que despista ahora con la consecución de un acuerdo con la oposición (al mismo tiempo que pone el foco en un absurdo debate sobre un referéndum), devuelve a Rubalcaba el ninguneo que le ha tenido a Zapatero (se dio cuenta tarde de la maniobra que lo dejaba a los pies de los caballos) y, algo alivia la situación. Pero creo que traerá problemas. ¿Cuáles?:
1. La Constitución necesita una reforma en profundidad, si no una nueva que para el caso es lo mismo. 31 años después han pasado muchas cosas que la Constitución no recoge, ni regula, ni puede ser interpretada ya más de lo que lo ha sido. Este es un problema
2. Esta reforma requiere un pacto de Estado, primero entre las dos fuerzas estatales mayoritarias; después con los nacionalismos (pero, después). ¿Una nueva transición? Algo parecido. Este es un enorme problema.
3. Hay que modificar el estado autonómico. Después de las reformas estatutarias, esto es un inmenso problema.
4. De paso hay que modificar todo el sistema de la Administración Pública, este problema no es grave si se resuelven los anteriores.
5. La Justicia. Es casi más importante que los demás. No sólo requiere un pacto de Estado, requiere una transformación social, pero aporta estabilidad, confianza en el Estado de Derecho y más democracia (porque hay más igualdad).
6. En derechos y libertades estamos más regular, pero hay que meter mano. En derechos sociales, mejor lo dejamos.

El etcétera es tan enorme que hacer una reformilla por la puerta de atrás, deprisa y corriendo, en el mes de agosto, con las Cámaras a punto de disolverse, con una inestabilidad económica y social como la que tenemos, con una clase política a la desbandada (en un “sálvese quien pueda”), simplemente no es serio. Se puede crear la sensación de que con la Constitución se puede hacer cualquier cosa, en cualquier momento y después de una llamada telefónica de dos señores que, simplemente, no saben qué hacer. Yo quiero defender la Constitución, quiero que se use bien. Hay leyes y las leyes son las que se utilizan para gobernar y además, en este caso, cumplen la misma función que se pretende con esta reforma, si no se hace es por otros motivos. Y si es tarde y al Presidente le ha estallado esto pues debe disolver ¡ya! las Cámaras y convocar elecciones, no esperar un mes más. Eso daría mucha tranquilidad a los mercados y a los españoles. Y después, la reforma.

2 comentarios:

jc navarro dijo...

Yo, no estoy tan seguro del alcance tan negativo de esta reforma constitucional.
Lo que se pretende con esta modificación es acoger el principio de equilibrio presupuestario en la CE (luego mediante Ley Orgánica se regularía dicho principio, lo que flexibilizaría la situación, dependiendo del Gobierno de turno sea más o menos de tendencia neoliberal).
Para el futuro, la economía española no podrá gastar más de lo que ingresa (la regla de oro). Esto aporta estabilidad al sistema y nos hace más fuertes frente a los ataques especuladores de los "mercados".
Los contras, puesto que todo tiene su cara y su cruz, es que el gasto público incide directamente en la producción nacional(PIB), así como a la inversión en bienes durables. ¿Qué quiere decir esto? Que las politicas sociales se verán necesariamente reducidas, afectando al Estado del Bienestar.
En mi modesta opinión, se justifica, desde el punto de vista económico, esta reforma. Este principio constitucional aportará menos crecimiento económico para el país pero más sólido(menos atacable), con períodos de contracción de menor intensidad que el actual.
Ahora bien, se hace necesaria una reforma constitucional de mayor calado, armonizando el Estado actual con su Norma fundamental, por las razones que argumentas en tu artículo.
¿Sería este el momento oportuno?
Pienso que no. Creo que el momento llegará cuando se liquide el fenómeno terrorista de ETA.
Como nota diré que el PNV quería introducir en la CE, aprovechando esta reforma, el principio de autodeterminación de los pueblos.
Cuando se abre la veda reformadora de la CE, cada cual arrima el ascua a su sardina.

Un saludo.

Tòfol dijo...

Aunque suscribo casi todo lo que decís, yo no soy partidario de abrir el melón de la CE, en cuanto se abra para una nueva reforma y tal como sugiere JC, comenzarán las presiones para introducir reivindicaciones desestabilizadoras por parte de los nacionalistas y otras de carácter electoral y de cara a la galería, de la misma forma que ocurre en los periodos electorales. La CE dada su rigidez, que también considero debe permanecer, no puede albergar principios partidista de ninguna clase.

Para mi, el verdadero problema, está en que los partidos y consecuentemente los gobiernos y demás órganos que de ellos dependen, no cumplen la CE y nada se puede hacer porque ellos son quienes tienen la potestad única de recurrir ante el TC, al que además controlan, la constitucionalidad de las leyes.

De que sirve modificar la CE, si no se cumple en gran parte.

Saludos
nosonbromas.blogspot.com