viernes, 7 de noviembre de 2014

Al indiferente la legislación vigente

Creo que estamos en un momento terriblemente delicado en relación a los escándalos de corrupción que estamos viviendo. Empiezo a sentir que el ambiente se esta volviendo irrespirable. Pero hay una cosa que me preocupa mas: hay quien confunde la Ley con la venganza. Claro que ha habido irregularidades desde hace muchos años. Desde que era pequeña recuerdo oír decir que si no conoces a alguien....., no te atienden en un centro de salud ( hace poco un alumno me dijo donde trabajaba ... por si necesitaba algo porque las listas de espera son grandes !¡. ¿Y qué haces? Se lo agradeces o lo mandas al juzgado?), no podías pedir una ayuda o subvención porque era para los amigos, a tí no te pagaban el viaje porque ..., en fin , la española expresión de al indiferente la legislación vigente. Y ahora resulta que.... No estoy diciendo que como todos el mundo estaba "pringao" tengamos que hacer la vista gorda y pelillos a la mar. Lo que digo es que es distinto lo legal de lo desvergonzado. Y hay muchas actividades que eran legales y de las que muchos se han aprovechado, pero eran legales. Si un Ayuntamiento aprobaba una contratación disparatada y era legal, pues hay que ser muy sinvergüenza para cobrar, pero no podemos empezar a cuestionar a todos los sinvergüenzas legales porque estamos perdidos como sociedad y porque ponemos en peligro el Estado de Derecho. Estamos muy cabreados, pero no se puede usar la ley para vengarnos. Por el camino se nos queda el principio de legalidad y algunos derechos fundamentales.

lunes, 3 de noviembre de 2014

DON FERNANDO... Y DESPUÉS DE FRANCO ¿QUÉ?

Esta pregunta la cuenta mi madre como anécdota que le ocurrió cuando estaba sirviendo en la casa del terrateniente y a la vez alcalde, como no podría ser de otra forma, del pueblo hace ya algunos años.
-"D. Fernando, disculpe la pregunta y que el Señor nos lo guarde durante muchos años más, pero... después de Franco ¿Qué?
-Después de Franco...-, contesta D. Fernando, -... la democracia.
-¿La democracia? Y eso de la democracia ¿Qué es?
-La democracia..., para que tú me entiendas-, contestó solemne el señorito Fernando, -es cuando una puta parece honrada y las personas de bien pueden ser tachadas de sinvergüenzas.
-Qué Dios nos asista y nos libre de todos esos males- Dijo mi madre santiguándose".
Pocos años más tarde vino la Democracia y con ella lo bueno y malo que comporta todo acto humano. Puesto que, el concepto (la idea) de Democracia necesariamente es positivo, supone el establecimiento de un sistema de gobierno en el que la mayoría decide por mayoría. Otra cosa, es lo que los gobernantes con la aquiescencia de los gobernados hagamos de la Democracia.  
Las circunstancias político-sociales de la época al advenimiento de la Democracia, permitió que se instituyera necesariamente un régimen electoral, recogido en la LOREG de 1985, que facilitaba el bipartidismo entorno al PSOE-PP y potenciando el peso electoral de  partidos políticos de corte nacionalista. Esta forma de entender la Democracia otorgó estabilidad al sistema político del entonces, acosado por el fenómeno criminal y asesino del terrorismo independentista vasco, en mayor medida,  y el catalán.
Ni que decir tiene que esta opción permitió el soslayo del propio artículo 1º de la CE al propugnar como valor superior del ordenamiento jurídico español el pluralismo político. Todo lo que no fuera PSOE-PP y partidos nacionalistas quedó relegado prácticamente a la extinción o a la anécdota.
El bipartidismo, tan necesario para dar estabilidad al sistema, ha sido la enfermedad de la Democracia. El hecho de que, a nivel estatal y autonómico principalmente, sólo dos partidos estaban facultados para cubrir de personal las instituciones políticas en los distintos niveles territoriales, permitió dar cabida a sujetos que su única aspiración era servirse de lo público. Toda persona con una cierta antigüedad, o no, en el partido era susceptible de ser candidato.
El último caso destapado de corrupción ("operación púnica") pone de manifiesto el grado de cinismo con el que actúan los dirigentes de los partidos mayoritarios, especialmente los del PP, al afanarse en reducir dicha corrupción al ámbito personal de los presuntos delincuentes, declinado toda responsabilidad del partido. Sin embargo, un sistema de listas cerradas, como es el que tenemos, presupone que la responsabilidad política  última de los candidatos que van  en una lista recae sobre quién la elabora.
Afortunadamente, la sociedad española, ante el hastío de tanta corruptela política y consciente del peligro que la misma entraña para la Democracia, intenta abrir el abanico partidista reduciendo considerablemente el volumen de cargos electos de las dos grandes formaciones, permitiendo que accedan a dichos partidos personas con mejor preparación y vocación de servicio público y no por antigüedad. 
Esto último da pié a una situación muy irritable de las dos formaciones que, hasta ahora, conforman el bipartidismo o "la casta" según sea del agrado o desagrado del respetable.

"A mi madre: trabajadora incesante".

JC Navarro.