miércoles, 12 de septiembre de 2012

DIADA O ALGARADA

¿Sería oportuno traer al caso el dicho popular de que cuando el barco se hunde, son las ratas las primeras en abandonarlo? O, ¿sería injusto decir que el Gobierno de Cataluña ahora actúa de modo insolidario con el resto del Estado?
Es necesario recordar que cuando dicho Gobierno (nacionalista) catalán le convino realizar pactos de Estado con el Gobierno central para dar estabilidad política al Estado, y por ende, seguir manteniendo el Estado Autonómico, no tuvo demasiada consideración sobre lo que el Sr. Mas, estos días, ha denominado  "la libertad del pueblo catalán".
Pero, qué se esconde realmente detrás de esta frase grandilocuente y demagógica.  ¿A caso, la C. A. de Cataluña, ha estado sometida a una dictadura encubierta por el Estado central, sin que el resto hayamos tenido conocimiento de hecho en sí? No parece ser esto lo que nos conduce a la realidad actual.
Al parecer, los nacionalistas catalanes consideran que un rescate de Cataluña por el Estado, va a limitar las funciones de autogobierno en dicha Comunidad Autónoma, es decir, se va a producir una regresión del Estado Autonómico: devolución de competencias al Gobierno central y  mayor control presupuestario de éste sobre las  Autonomías y que responde a una  petición hecha por instituciones europeas (entre otras instituciones la Sra. Merkel) al Gobierno de España, a fin de que reduzca su déficit público, puesto que el Estado Autonómico supone un gasto elevado el poder mantenerlo.Cuestión ésta, a mi parecer, errónea de la política del Sr. Rajoy : el objetivo primordial no debería ser el reducir el déficit público, sino la creación de empleo motivada por un incremento de la producción, que a fin y a la postre, es lo único que genera empleo y  no la casi divina reforma laboral. Para ello, nuestro Gobierno debería buscar soluciones tanto dentro de la UE como fuera de ella, y no esperar al "maná europeo".
Al parecer, este panorama hace que el Gobierno de la Generalidad  haya solicitado al Gobierno central un pacto fiscal, al modo del concierto vasco. Sin embargo, esta medida supondría extender dicho pacto, casi en la totalidad de sus términos, al resto de CCAA, lo que supondría a la larga la virtualidad de 17 Estados cuasi independientes y por consiguiente un escenario éste contrario a la Constitución Española. Por tanto, el pacto fiscal no tendrá lugar, condición sine qua non para que el Sr. Mas no abra la caja del independentismo catalán.
Pero, extrapolando este conflicto regional al ámbito estatal, España tiene el mismo problema que Cataluña. Si solicita un rescate a la UE, dicho rescate supondría, en cierta medida, una pérdida de soberanía de España sobre la propia UE, y sabiendo que dicha UE no es una organización de Estados  de manera homogénea, corremos el riesgo de convertirnos en un país satélite de Alemania. Siendo esto mismo la cuestión de fondo que se debate hoy en el Tribunal Constitucional Alemán.
En resumen, y para no aburrir al personal,  Cataluña piensa que la política del Estado central nos conduce irremediablemente al abismo y, con criterio propio, como aquél que levanta la cabeza y la alza por encima de los tejados para ver venir la tormenta, pretende desligarse de un Estado posiblemente fracasado.

jc navarro.